Vino 1: Persia (Irán).

Jueves Alucinados con el Profesor Xavier.

[...] Un rey persa llamado Jamshid vio un día a un pájaro (símbolo del bien) al que intentaba estrangular una serpiente (símbolo del mal). El rey mató a la serpiente, y el pájaro en agradecimiento le trajo unas semillas de color verde brillante. Jamshid ordenó plantarlas en los jardines reales, donde se convirtieron en vides, de las que salieron las uvas. Cuando el rey probó un poco del jugo de las uvas, le pareció tan amargo que las  declaró como veneno. Un día, una bella esclava, una de las favoritas del rey, decidió suicidarse con el jugo debido a que estaba sufriendo terribles dolores de cabeza. Bebió varias copas, se durmió y se despertó curada. Ella le dijo al rey lo que había sucedido, que decidió probar la bebida de nuevo. Resulta que el jugo había fermentado convirtiéndose en vino . Esta vez lo disfrutó tanto que se lo recomendó a su pueblo como un medicamento, un uso que, en realidad, siempre ha tenido en la cultura persa.


Los persas no solo usaban el vino como medicina, sino que también lo ofrecían a los dioses y pagaban los salarios de los trabajadores. Además, según cuenta Herodoto, “después de bien bebidos, suelen deliberar acerca de los negocios de mayor importancia” y también que acostumbran “a examinar cuando han bebido bien, aquello sobre lo que han deliberado en estado de sobriedad”. También fueron los primeros en el difícil arte del Coupage o mezcla de vinos.




La principal zona productota históricamente ha sido en los alrededores de la ciudad de Shiraz (algunos dicen que de aquí proviene la célebre uva Syrah). Cerca de las ruinas de Persépolis, Shiraz se situa en los altos de Zagros, a casi 1500 metros sobre el nivel del mar. Su clima es suave en verano y templado en invierno. En la actualidad continúa produciendo uva, pero debido al rigor religioso de Irán y la prohibición de bebidas alcohólicas del Islam, ya solo se produce uva de mesa para consumo o secado (pasas). 

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