Cisnes


Miércoles Imaginarios con el Profesor Xavier


Si tuviéramos que elegir un animal asociado a la belleza, afirmo sin temor a equivocarme, que mayoritariamente elegiríamos el  Cisne.  
Aparte de su evidente belleza, esta relación puede derivar de la especial vinculación entre  cisnes y dioses.

El cisne era un ave consagrada a Apolo, como Dios de la música, porque se creía que el cisne poco antes de morir, cantaba melodiosamente. 
Ovidio coloca los cisnes en los Campos Elíseos. Estaban también consagrados a Venus, ya por su maravillosa blancura, ya por su temperamento bastante semejante al de la diosa del deleite. La carroza de Venus es tirada algunas veces de cisnes. 
Pero sin duda la historia más famosa que une a estas aves con los dioses, es la de la concepción de los hijos de Leda.
[...] El rey de Laconia (en Esparta), Tindáreo, estaba casado con una hermosa mujer: Leda, hija de Testio, descendiente según algunas leyendas del propio dios Ares. La joven paseaba de cuando en cuando por las orillas del río Eurotas, no tardando en ser descubierta por el divino Zeus que, al contemplarla, se enamoró de ella. Pero, como era su costumbre,  el rey del Olimpo no se presentó ante la muchacha en toda su majestad, sino que se transformó en un precioso cisne, apresurándose luego a seducirla. Leda se unió a él y quedó preñada.
Nos lo cuenta bellamente Francisco Villaespesa en este fragmento de "Los jardines de Afrodita":

El cisne se acercó. Trémula Leda
la mano hunde en la nieve del plumaje,
y se adormece el alma del paisaje
de un rojo crepúsculo de seda.

La onda azul, al morir, suspira queda;
gorjea un ruiseñor entre el ramaje,
y un toro, ebrio de amor, muge salvaje
en la sombra nupcial de la arboleda.

Tendió el cisne la curva de su cuello,
y con el ala -cándido abanico-,
acarició los senos y el cabello.

Leda dio un grito y se quedó extasiada...
y el cisne levantó, rojo, su pico
como triunfal insignia ensangrentada.


 Y de ahí nacieron Helena (la bella), Clitemnestra (famosa esposa de Agamenon) y los Dioscuros, Castor  y Polux.
Aquí podréis encontrar una maravillosa y extensa colección de iconografía del mito


En la mitología nórdica, los cisnes también tienen especial relevancia. Las valkirias realizaban vuelos frecuentes a la tierra con plumajes de cisne, que ellas se quitaban al llegar a un río apartado, para poder disfrutar de un baño. Cualquier mortal que las sorprendiera de este modo y obtuviera su plumaje, podía evitar que abandonaran la Tierra e incluso podía obligar a estas orgullosas guerreras a casarse con ellos si ése era su deseo.
Más tarde, nos encontramos con la historia de Lohengrin caballero del grial,  hijo de Parsifal. Cuenta la historia que en la última expedición en busca del grial llevada a cabo por el Rey Arturo, es Parsifal quien logra hacerse con el grial acompañado de su joven hijo, Lohengrin.  Tras hacerse con el tesoro, la única ley que deben respetar estos valientes caballeros es mantener sus vidas en secreto, no podrán jamás decir a nadie quienes son ni de dónde vienen. Si no cumplen con esta promesa, deberán volver al lugar sagrado para custodiar el grial hasta el fin de sus días. Reunidos todos los caballeros del grial en Montsalvat, esperan ansiosos que suene la campana indicando que alguien necesita ayuda. Esta vez la campana suena por los ruegos de la princesa de Brabante y es Lohengrin quien decide partir en su ayuda.


Un misterioso cisne conduce a Lohengrin a Brabante para ayudar a Elsa que ha sido acusada de asesinato por Ortrud, la hechicera ansiosa de poder. Nadie cree a Elsa y su padre, el rey de Brabante, la repudia por llevar a cabo un crimen tan terrorífico. Encerrada en la torre mas oscura del castillo logra ver por la ventana al barco en forma de cisne con un caballero desconocido, extrañamente vestido, al cual nadie reconoce.
En el Diccionario de Símbolosde J.E. Cirlot, se nos cuenta que en la literatura, el cisne cobra gran relevancia gracias a Baudelaire, pues asocia el cisne  como imgaen al  destino del poeta, condenado a la humillación, forzado a arrastrar su espléndido plumaje en el polvo de la ciudad, llorando la pérdida del "lago natal" y su destierro en un medio hosco, feo. Así, el poeta se asocia a sus sentimientos, emblema de su condición, de su condena a vivir entre la vulgaridad. Prisionero en el hielo de su propio fracaso, el gran cisne de Mallarmé, sufre en el lago que lo retiene la memoria de su fracaso. Es, pues, símbolo de la impotencia y de la duda, habiendo renunciado a un futuro libre, aceptando con angustia la parálisis que el espacio le impone.

Posteriormente nos llegaría "El lago de los cisnes", pieza sublime de Danza, compuesta por Chaikovsky.

En nuestra más reciente iconografía seguimos asociando este ave a la belleza, como la necesaria conclusión del cuento del Patito Feo. Aunque yo me quedo con un par de referencias igualmente importante en mi registro de ficciones: el Cisne Negro magistralmente interpretado por Natalie Portman y el apolineo Caballero del Cisne, de los Caballeros del Zodiaco. 

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