Miércoles Imaginarios con el Profesor Xavier

El Fénix forma parte del simbolismo de la alquimia, por el renacimiento a través del fuego. En efecto, en la leyenda medieval del fenix, vive en Arabia, pero vuela a Egipto el hogar de la alquimia, para sufrir su muerte ritual y regeneración. En esta versión, se trata de un ave púrpura o roja que al envejecer construye una pira de madera y especias para arrojarse en su interior. Los rayos del sol encienden el fuego y el pájaro aviva la llama utilizando sus alas hasta consumirse en su totalidad. Luego, un nuevo Fenix nace de las cenizas dejadas por el fuego.

Para Heródoto, Plinio el Viejo y Epifanio de Salamina, esta sagrada ave viajaba a Egipto cada quinientos años, y aparecía en la ciudad de Heliópolis, llevando sobre sus hombros el cadáver de su padre, a donde este iba a morir, para depositarlo en la puerta del templo del Sol.
Hesíodo afirmará que el Fenix vivía nueve veces más que un cuervo. Ovidio la rescatará en su Metamorfosis.
En Japón
existía un ser análogo conocido como Ho-oo, en el folclore eslavo era
el Zhar-Ptitsa el "Pájaro de Fuego", que inmortalizaría
musicalmente Igor Stravinsky. Los taoístas designan al fénix con el nombre
de Ave de cinabrio por ser el cinabrio, un compuesto
de azufre y mercurio(sulfuro de mercurio HgS), de un profundo y bello
color rojo. La palabra
Fénix deriva del latín, Phoenicopterus, y éste del griego Phoenix (Φοῖνιξ), que significa "alas
rojas". Los persas lo llamaban Simurgh o Huma.
En México, el Fenix aparece siempre en compañía del gran dios Quetzalcoatl y para los primeros cristianos, simbolizaba a Cristo, siendo alegoría de su muerte y resurrección.
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